Geranios para conseguir espacios perfectamente imperfectos: las últimas tendencias en decoración

La belleza no reside ni en el interior ni en la perfección, sino en la imperfección. Esta tendencia está de moda, y se refleja en diferentes estilos de interiorismo, como el industrial el vintage, el estilo upcycling o el concepto estético japonés de wabi-sabi. La idea de que, a menudo, menos es más y de que no todo tiene que ser inmaculado se ha convertido en parte integrante del diseño de interiores. Y es que reutilizar objetos viejos no sólo permite conservar recursos valiosos, sino también personalizar el propio espacio. Los expertos de Pelargonium for Europe (PfE) han reinventado la forma de decorar con geranios teniendo todo esto en cuenta. Ae trata de celebrar lo imperfecto a través de la  belleza de esta planta resistente y versátil.

Gracias a su enorme variedad de flores y colores, los geranios no sólo lucen estupendos en macetas y jardineras, sino que estas plantas fáciles de cuidar también son ideales para decorar paredes.  Puedes exhibirlos de forma llamativa con creativos diseños de paredes restauradas. Las palas viejas, por ejemplo, son excelentes soportes rústicos para macetas. De hecho, la frescura de las flores de geranio contrasta con el metal oxidado y el ladrillo desgastado: un entorno de gran encanto nostálgico.

Un claro ejemplo son los jardines verticales reciclados, por ejemplo, creados a partir de viejas vallas. Fijada a la parte superior de un viejo muro de piedra desgastada, la valla de madera cuelga suelta y ofrece espacio para macetas y cestas.

Rozadas, deslustradas, con la pintura descascarillada o una superficie áspera y desgastada: hay macetas con mucha pátina (especie de barniz duro de color aceitunado que por acción de la humedad se forma en los objetos) que parecen haber vivido tiempos mejores. Precisamente por eso tienen un atractivo estético tan especial. Una pared desnuda de fondo y una decoración espartana acentúan el encanto austero y todavía resaltan más la belleza natural de los geranios.

También se puede jugar con la estética de lo inacabado. Se puede recubrir parcialmente de musgo el nuenco de un marco metálico con efecto oxidado. En este caso, las flores blancas del geranio consiguen un alegre acento que contrasta con el áspero entorno y la maceta aparentemente inacabada.